No fue pequeño el "susto" que se llevó Kris Jenner al enterarse de que su hija Kim Kardashian y su marido Kanye West -quienes darán la bienvenida a su segundo hijo en este mes- pasarían otros cuatro meses en su casa de Calabasas mientras terminan las obras en la vivienda que el matrimonio tiene en Hidden Hills (Los Ángeles).
"Quería suicidarme. Sus contratistas me dijeron que estarían aquí hasta finales de marzo", bromeó Kris en el programa de radio 'The Kyle and Jackie O Show'.
Aunque a Kris no le importa acoger a sus familiares en caso de necesidad, encuentra algo agobiante la falta de espacio en casa.
"No son solo ellos, son ellos, sus cosas y todo su séquito. Eso hace que todo esto esté muy lleno a veces", comentó.
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Esta no es la primera vez que Kris recibe en su casa a la pareja ya que en 2013 disfrutaron un año de su hospitalidad cuando decidieron renovar por completo su mansión de Bel Air (Los Ángeles), valorada en 11 millones de dólares, la cual pusieron a la venta este noviembre.