Desde que anunciaran su compromiso matrimonial hace casi un año, el matrimonio formado por Kim Kardashian y Kanye West se ha visto enfrascado en las faraónicas obras de redecoración de la lujosa mansión de Bel Air que, como ellos mismos explicaban, iba a convertirse en la casa perfecta para instalarse junto a la pequeña North y seguir ampliando su familia, pero teniendo en cuenta que el final de las obras no deja de posponerse, la pareja ha decidido finalmente vender la propiedad tal y como se encuentra.
"Kanye y Kim se han visto sobrepasados por la tarea titánica de tener que renovar una vivienda casi desde los cimientos, y como los plazos de las obras no se están cumpliendo en absoluto, ambos tienen la impresión de que tendrán que esperar demasiado para entrar a vivir ahí. El caso es que están cansados de tanto retraso y han decidido venderla lo antes posible, tan pronto como estén completados algunos trabajos esenciales", aseguró una fuente al portal de noticias E! Online.
Por el momento, el famoso rapero y la estrella televisiva siguen teniendo la casa de Kris Jenner -madre de Kim- como centro de operaciones y como lugar en el que su hija North está dando sus primeros pasos, pero lo cierto es que los dos enamorados ya se han puesto manos a la obra para encontrar una nueva propiedad -ya terminada- que puedan ocupar en cuestión de semanas para, de esta forma, poner fin a la "pesadilla".
"Al principio Kim y Kanye disfrutaban decidiendo juntos cada detalle de la que sería la casa de sus sueños, pero han terminado viviendo una pesadilla; están hartos de que nada esté terminado a tiempo. Si no la han puesto en el mercado inmobiliario antes es porque ni siquiera está finalizada todavía la instalación eléctrica, que es fundamental para que alguien la compre, pero aprovecharan estas semanas de espera para empezar a buscar un nuevo hogar en la misma zona de Bel Air", apuntó el mismo informante.
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