La actriz estadounidense Katie Holmes no quiere ser recordada como la exmujer de Tom Cruise -de quien se divorció en julio de 2012 tras seis años de matrimonio- sino más bien como la actriz que es, por lo que se encuentra preparada para hacer frente "a nuevos retos" en su vida.
"No quiero que ese momento me defina, que me haga ser quien soy. No quiero ser conocida por ello. Fui actriz antes, durante y lo sigo siendo ahora. No tengo miedo, no me pongo reglas, no me tomo demasiado en serio", reveló Katie a la revista People.
Fruto de su relación con Tom Cruise la actriz tiene una hija de ocho años, Suri, a la que Katie se esfuerza por educar sin dejar de lado el juego.
"Suri significa todo para mí. Día a día voy aprendiendo, desde el momento en que me convertí en madre. Mi paciencia ha aumentado, pero entre las 4 y las 6 de la tarde me cuesta especialmente. Entre peleas de cosquillas y obras de purpurina intento inculcarle buenas maneras", añadió.
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En agosto se supo que Katie había cambiado su residencia de Nueva York por una mansión en Los Ángeles (California) en la que gastó 3,8 millones de dólares (3 millones de euros), una mudanza que la actriz llevó a cabo con el fin de relanzar su carrera en Hollywood y de que su pequeña pudiera jugar con otros niños de su misma edad en las amplias avenidas californianas.