Teniendo en cuenta que es una de las actrices más cotizadas y mediáticas de la escena cinematográfica, Jennifer Lawrence suele ser una de las invitadas imprescindibles en cualquier acto que reúna a los rostros más destacados de la meca del cine, de lo que se desprende una intensa vida social que, sin embargo, la intérprete no disfruta demasiado debido a lo "abrumador" que le resultan las grandes aglomeraciones en espacios cerrados.
"Me agobia mucho tener que estar en medio de una fiesta en la que hay un montón de gente y en la que casi no te puedes mover, me resulta muy abrumador. Por eso suelo escoger siempre a un par de personas de las que no me voy a separar en toda la noche. Las atrapo y las digo: 'Vamos a ser nosotros y yo durante las próximas horas'", explicó al presentador y humorista James Corden para describir de alguna forma la seguridad que siente en entornos algo más reducidos.
Con el paso de los años, la estrella de cine ha aprendido progresivamente a controlar mejor su consumo de alcohol en ese tipo de exclusivos eventos con el objetivo de pasar algo más desapercibida, a diferencia de la fiesta posterior a la gala de los Óscar del año 2013, en la que terminó vomitando cerca de la mansión del mánager de Madonna, Guy O'Seary, y tuvo que recurrir a su compañera de profesión Ellen Page para que la llevara a casa.
"Recuerdo que un año, después de los Óscar -creo que fue cuando me nominaron por 'La gran estafa americana'- acabé extremadamente borracha porque llevaba unos días haciendo dieta y me alimentaba a base de zumos. Llegué a vomitar a las puertas de la casa de Guy O'Seary -¡Hola Guy!- y tuve que decirle a Ellen Page que me llevara en su coche. Tuve que rogarla medio llorando que condujera hasta mi casa cuando ya me había dicho que no era su problema", reveló en la misma conversación.
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Además de sacar a relucir algunos de los aspectos más íntimos relativos a su condición de estrella de cine, Jennifer también quiso revelar públicamente una de las brillantes ideas que se le han ocurrido para iniciar una hipotética carrera empresarial en el mundo de las nuevas tecnologías: una aplicación que permitiría a sus usuarios conocer el aspecto que tendría su hijo si el otro padre fuera un perro.
"O un gato... He pensado que podríamos hacerlo también con los gatos, aunque no sé si es recomendable, ya que los gatos son seres sobrenaturales que proceden del inframundo", bromeó.
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