Tras años intentando sin éxito que se reconozca su paternidad, la batalla personal de Albert Solá Jiménez, el supuesto hijo ilegítimo de Juan Carlos de Borbón, continúa ahora en la prensa francesa, donde sus declaraciones se han convertido en noticia de portada en la revista Gala.
En una entrevista en exclusiva, Solá ha confesado que ni siquiera el hecho de no haber podido establecer nunca una relación con su supuesto padre ha conseguido minar su confianza en sus orígenes, una certeza que le ha empujado a intentar ponerse en contacto con don Juan Carlos en repetidas ocasiones sin éxito.
"Le he escrito cerca de cien cartas", confesó Albert Solá Jiménez a la revista Gala, para confirmar justo después la relación que compartiría con el actual rey Felipe VI de confirmarse su afirmación: "Sí, Felipe de Borbón es mi hermano".
La publicación francesa también hace hincapié en que, más allá de ciertos detalles banales como su profesión de camarero en un bar de Gerona, poco se conoce sobre quien sería el primogénito del rey de España. Sin embargo, Solá no ha querido entrar a valorar las consecuencias de un hipotético reconocimiento de sus raíces borbónicas, ya que, según sus propias palabras, su objetivo no pasa por perjudicar innecesariamente la ya tocada imagen pública de la casa real española.
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Al parecer, la única intención del supuesto hijo secreto de Juan Carlos de Borbón consiste en que su progenitor reconozca "públicamente" su parentesco, un paso adelante que desde su punto de vista no supondría ningún motivo de conflicto dentro del seno de la familia Borbón ya que su "existencia" sería de sobra conocida para todos.
"Es muy importante para mí que el Rey reconozca públicamente mi existencia. En el fondo es algo simbólico, porque en realidad tanto Juan Carlos como la familia real han sabido desde hace mucho tiempo que existo", añadió.
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Sin entrar en detalles sobre su ardua batalla legal, Albert Solá Jiménez ha insistido en las irrefutables pruebas que confirmarían la identidad de sus padres biológicos, don Juan Carlos y una joven catalana perteneciente a una familia de banqueros a la que habría conocido cuando aún era el heredero al trono. De hecho, no ha dudado en desgranar para la revista francesa los pormenores de la intriga que le permitió hacerse con un vaso del monarca para realizar un test de ADN, una prueba que, junto a la investigación documental acerca de su pasado antes de ser adoptado por una familia de clase trabajadora, respaldaría la teoría sobre sus raíces.
"Gracias a un intermediario de los servicios de seguridad, pude hacerme con un vaso con el que el Rey se había mojado los labios. Los resultados [de la prueba de ADN] son fiables. Estoy seguro, Juan Carlos es sin duda mi padre", concluyó.