La cantante Cyndi Lauper es una verdadera apasionada de los perfumes y no le importa gastar el dinero que sea necesario para viajar a otros países con el objetivo de hacerse con sus fragancias favoritas que no están disponibles en Estados Unidos.
De hecho, cuando le preguntan cuál ha sido su mayor extravagancia, ella lo tiene claro: "Los perfumes. A veces voy a un país diferente para encontrar una colonia que ha sido descatalogada en casa. Una vez fui hasta Japón".
Poder permitirse este tipo de caprichos ha hecho que la artista se dé cuenta de que debe dejar de ser tan "cascarrabias" y empezar a apreciar lo privilegiada que es.
"Tiendo a ser una cascarrabias, una quejona. No puedes ser así, eso es lo que he aprendido. La vida es verdaderamente un regalo y tienes que apreciar todo y a todos los que tienes a tu alrededor", añadió Cyndi durante una entrevista a la revista Grazia.
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A pesar de sus intentos por tener una actitud positiva, Cyndi no puede evitar enfadarse al pensar en la imagen alocada que tiene de ella el gran público.
"¿Qué cuál es el mayor error que comete la gente al juzgarme? Pensar que soy una cabeza loca. Siempre me ven como a una bromista", afirmó.
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A sus 62 años, una de las pocas cosas de las que se arrepiente la cantante es de no haber "plantado cara" más a menudo a sus detractores.
"Me arrepiento de no haberle plantado cara a mi compañía discográfica en 1989, cuando un ejecutivo me preguntó por qué no podía vestirme más como Katrina and the Waves. Debería haberles dicho: 'Yo ya no encajo aquí. Que os vaya bien'".