A pesar de que uno de sus mayores éxitos cinematográficos fue la película 'Sucedió en Manhattan', en la que interpreta a una limpiadora de hotel que se enamora de un candidato a senador de los Estados Unidos, Jennifer Lopez siempre ha intentado huir de los personajes latinos estereotipados, por lo que en los inicios de su carrera se propuso no aceptar ningún papel de "criada o niñera" que pudiera encasillarla.
"Lo más sorprendente de todo fue que me explicó lo mucho que solía enfurecerla la manera en que Hollywood percibe a los latinos, que la llevó a rechazar todos aquellos papeles que estaban relacionados con sus raíces. Me explicó que al principio solo le ofrecían papeles hispanos pero vistos desde el punto de vista de los estereotipos de Hollywood, como criada, niñera o limpiadora, así que decidió buscar nuevas oportunidades que acabaran con ese cliché", explicó el presentador José Díaz Balart después de entrevistar a la estrella para su programa 'Enfoque' de la cadena Telemundo.
La estrella nunca ha ocultado las dificultades a las que tuvo que enfrentarse por culpa de sus curvas "demasiado latinas" antes de que su trasero se convirtiera, irónicamente, en uno de los más alabados de la industria del espectáculo.
"Cuando llegué a Los Ángeles desde el Bronx para comenzar una carrera como bailarina, actriz y cantante me di cuenta de que era diferente. Era latina ante todo, y mi cuerpo no se ajustaba a los cánones tradicionales. Tenía unas caderas muy anchas en comparación con mi torso. Tenía unos muslos demasiado gordos y la gente me criticaba por ello. Ahora los traseros grandes están por fin de moda, pero antes todo era: '¡Estás demasiado gorda!'", confesaba recientemente la polifacética artista a E! News.
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Bnag Showbiz.