El protagonista de la saga vampírica 'Crepúsculo' siente verdadero pánico cuando debe presentarse ante el director de un casting para hacer gala de su talento, ya que pese al éxito fraguado durante la última década, Robert Pattinson todavía no es capaz de controlar los nervios que le impiden exprimir al máximo su potencial interpretativo.
"Odio prepararme para las audiciones y actuar delante de gente que no deja de mirarme fijamente, es algo que me supera. Me pongo nerviosísimo y muchas veces me quedo paralizado porque no soy capaz de arrancar. Me siento fatal incluso cuando ya se ha acabado todo, porque no dejo de pensar que he hecho el ridículo", reconoció Pattinson al portal Hollywood Reporter.
El intérprete de 28 años presentó la semana pasada en Cannes su última película, 'The Rover', un drama que no solo le puso a prueba durante la filmación de sus arriesgadas escenas de acción, sino también durante el mismo proceso de selección. "Estaba aterrorizado, pero de verdad quería este papel y por eso hice todo lo posible para mantenerme fuerte", apuntó el artista inglés.
Robert Pattinson lleva arrastrando esa inseguridad sobre sus cualidades artísticas desde su primera y desastrosa audición en Hollywood, lo que constituyó un punto clave en su trayectoria al estar a punto de convencerle de que lo mejor era abandonar para siempre sus sueños cinematográficos.
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"Sabía perfectamente lo que tenía que hacer, pero en el momento en que llegué a la prueba, lo eché todo a perder por culpa de mis miedos. Recuerdo que al terminar la audición, hablé con mi familia y les dije a todos que esto no era para mí, que no podía controlar mis nervios", confesó al mismo medio.
Tras superar con éxito retos y desafíos de toda índole, Robert Pattinson continúa enfrentándose a sus miedos para seguir desarrollando su sólida carrera profesional y acumular reconocimientos en la industria de Hollywood. Entre sus muchas metas de futuro, el guapo intérprete destaca además que quiere aprender a lidiar mejor con la expectación mediática que despierta su figura.
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"Poco a poco vas aprendiendo a tratar con los fotógrafos y espero acabar acostumbrándome del todo a su presencia. Después de tantos años, ya casi no recuerdo cómo era mi vida antes de ser famoso", concluyó.