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¡Mantente fuera del alcance! Así podrás identificar una relación tóxica y salirte de ella

De la mano de Sergio Molina, PhD en filosofía y especialista en amor, podrás reconocer las típicas características de una pareja tóxica y cómo evitarla.

Relación tóxica
¡Peligro! Relación tóxica a la vista
Foto: Getty Images

Que no te convenía, que parecía posesivo, que había algo en él o en ella que no se veía bien. ¿Cuántas veces te lo dijeron y hasta lo intuiste? Es que los rasgos de las parejas parece que fueran un manual de advertencia sobre una cerca eléctrica que dijera ¡peligro, no tocar!, no obstante, a veces ahí se sigue de oídos sordos.

Ante esta situación tan recurrente de esas relaciones tóxicas que significan peligro, caracoltv.com habló con Sergio Molina, quien es doctor en filosofía y experto en asuntos del corazón, con el fin de aprender a identificar un amor que no conviene y, si ya se está muy involucrado, poder dejarlo a un lado o evitarlo:

Recuerdo la conversación con una amiga en la que cuestionaba esa rara manía de algunos por lo que se conoce como “regenerar gamín”, así de fuerte como suena. Esa compulsión por adoptar compañeros o compañeras que son eternamente incapaces, con un signo trágico encima, más que un momento y temporada de mala suerte. Esas parejas que te tienes que cargar en la espalda mientras que ellas esperan el paso de una mala racha que nunca se va. Ese amante con características parásitas viene en paquete con muchos otros males además de aprovecharse de la situación

Según el experto en amor, el primer elemento que pone en evidencia a una relación tóxica es el del control del tiempo, de los amigos, de los proyectos que según dice, no son asertivos, de la familia, del futuro, ¡de la vida! No es cualquier cosa la que está en juego, a veces por amar tanto, se escoge mal y se ama mal, el asunto es ¿cómo liberarse de ese amor tóxico si, aunque asfixia, se ama? Siempre habrá que insistir, ¿de qué calidad es el amor que te dan?

Amor tóxico 2
Aprende a identificar una relación tóxica
Foto: Getty Images

Los amantes tóxicos suelen ser camaleónicos, se mimetizan como coequiperos, se hacen pasar por promotores de la independencia en sus parejas, como oidores y propositivos, por pacientes y reconciliadores. Pasan los días y se les sale el ¿Quién?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? y ¿por qué? Como si tanta exposición a series de ‘Crime Scene Investigation’, los convirtieran en dubitativos de los hechos y las circunstancias; suponen, conjeturan, sospechan, cuestionan y finalmente explotan juzgando, calificando y dictaminando; tal y como lo explica Molina.

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Si bien los amantes tóxicos están constituidos de inseguridad, al principio se disfrazan de convencimiento, por ello enceguecen y no ceden a sus airados reclamos, no ven como absurdas sus escenas ni miden el modo que le imprimen a la relación

Entre tanto, testigos alrededor de la relación observan que algo no está bien con el amor propio y de pareja. De manera tardía terminas considerando que los reclamos y sanciones no son normales y que tu compañero no cambiará si es que algún día lo prometió, que lo que era rasgo terminó siendo una evidente personalidad, bien definida como una completa patología.

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Amor tóxico
¡Es momento de salir de esa relación tóxica y así podrás hacerlo!
Foto: Getty Images

¿Y ahora cómo aliviarse de amor un tóxico? El especialista en asuntos del corazón te aconseja:

Ponte en perspectiva, ¿quiénes somos y para dónde vamos? Los modos de los amantes en estancia temprana casi siempre adoptan seudo posturas. Por ello, para empezar y si estás en ese delicioso momento del deslumbramiento, llámate a poner los pies en la tierra, no idealices, rompe la tendencia en la que caen los amantes, esa inercia que los hace suponer que todo va bien, no pongas en quien te seduce más de lo que es sensato, terrenal y verificable.

Cuestiona, pon en duda, mira de reojo y no te apresures. En el caso de que ya te hayas apegado hasta los tuétanos y sientas que no quieres replantear la aparente buena relación, pues acude a los “electrochoques de reanimación de la persona”, nada más que una ducha fría de realidad, en la que desmontes a corto plazo y de modo ojalá concertado tu suplicio, buscando ayuda y seguimiento profesional, otros ojos desde afuera verán lo que tú no, aunque vale advertir: zafarse de un amante tóxico no es fácil. Él o ella te intentarán convencer de que estás afectado por alguien, que te vas a arrepentir

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¡Cuidado, alerta, eso no es todo!

Aquí, Sergio deja claro que, como si eso no fuera suficiente, es mejor prepararse para unas cuantas escenas de persecución, control, apariciones repentinas recriminando y, después de todo lo anterior, presentando excusas, prometiendo cambio y pidiendo una vigésima segunda oportunidad. Por último y antes de irte de la relación, no anuncies la partida, baja las dosis de dependencia, aumenta tu confianza y recupera tu seguridad, pues la mayoría de tóxicos tienen la gran facilidad de hacerte creer cosas negativas de ti que no existen.

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¿Cómo evitar una persona tóxica en nuestra vida, según Sergio Molina?

Ojalá fuera predecible la inminencia de un compañero o compañera tóxica en el camino, algo así como un aviso vertical en la vía que dijera: “tóxico o tóxica a 100 metros”, pero como no es así y si lo fuera, posiblemente seguirías de largo, aquí va una prudente recomendación del experto:

Escucha a interlocutores válidos, que además de quererte y dar la vida por ti, tienen algo muy importante: sensatez, pausa y ojo clínico. Alargar el preludio y no lanzarse sin paracaídas, ir despacio mientras revisas tu GPS amoroso, permanentemente verifica la relación frente a las expectativas personales y profesionales para determinar si patrocinan o boicotean tus planes. A veces el afán de tener compañía y no sentirnos quedados, hace que elijamos a la ligera

Finalmente, Sergio recomienda que es fundamental recuperar la progresividad de las relaciones, eso de andar despacio y conocerse mejor, así como no adelantarse a adornar ese árbol de navidad que se ve en la otra persona, ese aparente “regalo de la vida” que puede resultar siendo una mala broma. No en vano, las relaciones de amigos y novios por siempre se han denominado como la etapa de conocimiento, de un momento a otro, has dado por sentado que sabes todo de tu interlocutor y te sueltas a segunda y tercera base para al final tener que decir: ¡esa no la veía venir!

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Por: Juliana Moreno Villegas, periodista, y Sergio Molina, PhD en filosofía y especialista en amor.

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