Aunque a estas alturas de su vida Kim Kardashian podría retirarse y dedicarse a vivir de sus derechos de imagen, sin contar con que está casada con una estrella del rap como Kanye West, ella sigue insistiendo en trabajar para darle un buen ejemplo a sus dos hijos: North, de cuatro años, y Saint, de veinte meses.
"Cuando tienes niños, te sientes mucho más motivada. Quiero tener algo que sea mío. Me siento bien cada vez que me levanto de la cama y voy a trabajar, y me paso todo el día ocupada. Eso me hace feliz. Pero si me retirara, creo que sería mamá y ama de casa, pero en el fondo quiero que mis niños tengan una ética de trabajo muy fuerte, y que vean lo mucho que motivan a papá y mamá sus profesionales", ha explicado la celebridad a la revista Arabia's Harper's Bazaar.
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En su caso, la maternidad no consiguió disminuir lo más mínimo la trayectoria de la estrella televisiva, ni afectó a su provocativa imagen pública.
"Mi respeto para todas las mamás que tienen un aspecto increíble y que trabajan duro, y que hacen lo que pueden para seguir sintiéndose sexy y bien consigo mismas. No creo, ni por asomo, que porque seas madre ya no puedas ser sexy", ha añadido, para defender sus posados más subidos de tono.
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