Óscar Reyes no ha cambiado mucho a pesar de los años que han transcurrido. Parece simpático por naturaleza, pero no deja su suspicacia, su desenfado, el ego que nunca lo abandona y mucho menos la astucia que mantiene para sacar provecho de sus negocios.
Sigue siendo muy amoroso con los que realmente quiere y abiertamente antipático con aquellos que le caen mal. Es irónico, malicioso y en algunos casos se pasa de desconfiado con sus seres queridos más cercanos, como su esposa Jimena Elizondo a quien cela desmedidamente.
Al igual que en otros tiempos, Óscar Reyes riñe de vez en cuando con Juan, aunque lo sigue respetando. Interviene demasiado en los asuntos familiares, sobre todo en los que atañen a Erick y León, sus sobrinos favoritos, por quienes siente una devoción de padre, quizás porque él y Jimena no han logrado tener hijos.