La paternidad ayudó al actor Tom Hardy -padre de Louis (7) con su exnovia Rachael Speed y de un bebé de 3 meses junto a su mujer Charlotte Riley- a terminar de centrarse en la vida tras vivir una juventud marcada por su adicción a las drogas y al alcohol.
"No diría que me salvó la vida, pero definitivamente me la cambió. Ahí es cuando se invirtieron las tornas, ya no tenía tiempo para pensar en mí mismo, en lo que me gustaría hacer o en quién quería ser, porque de pronto existía alguien en el mundo que realmente necesitaba que me organizara y me centrara en algo más que en mí mismo. Cuando llego a casa no soy Tommy el actor, soy Tommy el padre, sobre todo porque no permito que mis hijos vean mis películas todavía. Mi hijo mayor tiene muchas ganas de ver 'Mad Max', pero le he dicho que no puede. ¡Tiene que ver las películas de Harry Potter primero!", contó al periódico Daily Mail.
Los problemas con las drogas de Tom -que ha reconocido que habría "vendido" a su madre por una "piedra de crack" en sus momentos más bajos- comenzaron a los 13 años, cuando empezó a tomar alucinógenos. Tres años más tarde, ya había empezado a consumir crack y a beber alcohol. Sin embargo, ahora ha conseguido dejar atrás su conflictiva juventud para labrarse una exitosa carrera como actor, algo que le hace sentirse muy "afortunado" a pesar de que su ritmo de trabajo le ha dejado agotado.
"¡Soy un chico muy afortunado! He tenido la oportunidad de hacer algunas películas muy interesantes últimamente, por lo que he estado trabajando muy duro. El problema es que estoy muy cansado ahora mismo", añadió.
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