La actriz Sofía Vergara y su exprometido Nick Loeb, que se encuentran inmersos en una dura batalla legal por el control de los dos embriones que crearon en 2013, pusieron punto final a su relación después de que el empresario le diera un "ultimátum" para formar una familia juntos, algo a lo que la colombiana se negó porque, según Nick, no le hacía tanta ilusión como a él tener un hijo.
"Cuando nos comprometimos en 2012 empecé a presionarla para tener hijos. Tal y como aparece en mi demanda, mi prometida insistió en que recurriéramos a la subrogación. Con sus óvulos y mi esperma creamos dos embriones femeninos. El primero que implantamos no funcionó. Y la segunda vez que lo intentamos se produjo un aborto espontáneo y yo me quedé destrozado. Un año después lo intentamos de nuevo creando dos embriones más, ambos femeninos. Pero cuando empezamos a discutir sobre los posibles vientres de alquiler, quedó claro una vez más que la maternidad era un asunto mucho menos urgente para ella que para mí. Estuvimos juntos durante cuatro años. Conforme me acercaba a los 40 le di un ultimátum y cuando lo rechazó, nos separamos", revela Nick en un escrito publicado en el periódico New York Times.
Ahora Nick está dispuesto a luchar para que Sofía -que actualmente está prometida con el actor Joe Manganiello- le permita llevar a término los dos embriones, para lo que se ha ofrecido a "pagar todos los gastos" que conlleva la maternidad subrogada, algo a lo que ella se ha negado en rotundo.
"Le he pedido que me deje tener los embriones, ofreciéndome a pagar todos los gastos necesarios para criar a nuestras hijas. Si ella no quiere compartir la custodia, yo me haré cargo en solitario de todas las responsabilidades de la paternidad y estaré dispuesto a declararla únicamente una donante de óvulos. Pero ella se ha negado... Yo me tomo muy en serio las responsabilidades y obligaciones de ser padre. No se trata simplemente de salvar vidas, sino también de ser propaternidad", añadió.
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Por su parte, Sofía -madre de Manolo (22)- ha dejado claro a través de su abogado, Fred Silberberg, que nunca ha tenido intención de solicitar la destrucción de los embriones.
"[Sofía] siempre ha mantenido que [los embriones] deben permanecer congelados, un hecho del que Loeb y su abogado siempre han sido conscientes, a pesar de que las declaraciones de Loeb indican lo contrario", señaló su abogado en un comunicado público.
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