Pese a que su historia de amor concluyó hace ya cuatro años con la disolución oficial de su matrimonio, el actor Orlando Bloom y la supermodelo Miranda Kerr siguen manteniendo a día de hoy una estrecha relación que, además de explicarse con el hecho de que ambos tienen un hijo en común -el pequeño Flynn (7)-, también está muy ligada al profundo afecto personal que no han dejado de profesarse mutuamente tras su separación.
"Miranda es una madre maravillosa, y Flynn se lleva fenomenal con su nuevo marido. Somos una familia muy unida, como una colcha tejida con varias piezas", ha expresado satisfecho el intérprete en conversación con la edición alemana de la revista GQ Style, dejando patente además la cordialidad que define su trato con Evan Spiegel, el empresario con el que la australiana se casó el verano pasado.
Además de haber trabajado codo con codo para garantizar en todo momento el bienestar y la estabilidad emocional de su retoño, la expareja jamás tuvo intención de hacer de sus respectivas vidas "un infierno" como respuesta a las desavenencias personales que precipitaron el fin de su relación, una actitud constructiva y edificante que, como explica el intérprete británico, ha desembocado en una relación prácticamente fraternal.
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"Cuando llegan las vacaciones, hacemos todo lo posible para ir todos juntos, así que ahora [Miranda y yo] somos más bien como hermanos. En su momento decidimos que nos portaríamos bien el uno con el otro, ya que hacer de la vida del otro un infierno es una elección consciente que nunca quisimos hacer", ha afirmado en la misma entrevista sobre su exmujer, quien ahora espera un nuevo retoño junto al fundador de la red social Snapchat.
Por otro lado, el astro de Hollywood ha aprovechado su regreso a la primera línea informativa para reflexionar sobre el cambio radical que la llegada de su por ahora único retoño imprimió a todos los aspectos de su vida, una novedad que en el plano puramente profesional le llevó a reducir notablemente su carga de trabajo y, por tanto, el número de grandes producciones a las que se comprometía.
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"Las experiencias que vivimos en los primeros años de nuestra vida acaban ejerciendo una gran influencia en todo lo demás. Cuando me di cuenta de esto, supe automáticamente que iba a tener que trabajar menos y, al mismo tiempo, tuve claro que no iba a participar en proyectos de gran envergadura si ello implicaba no estar presente en los años formativos más básicos de mi hijo. 'Carnival Row' es mi primer gran proyecto en años y me ha obligado a pasar varios meses fuera, pero ahora no hay problema", ha manifestado el que también fuera novio de la cantante Katy Perry hasta el año pasado.
Por: Bang Showbiz
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