Aunque su angelical rostro le otorgue un inconfundible aire de niña buena, la modelo Miranda Kerr no tiene ningún reparo en reconocer que también tiene un lado más fiestero que le lleva a tomarse unas copas de vez en cuando, aunque sabe divertirse sin llegar "demasiado lejos".
"Claro que tengo un lado más travieso, como todos nosotros. Puedo ir perfectamente a una fiesta y pasarme la noche bailando y tomándome unas copas. Me he emborrachado unas cuantas veces, pero puedo divertirme sin ir demasiado lejos. Como dice 'El Gran Gatsby', un poco de fiesta nunca ha matado a nadie. Me encanta bailar y la música. En casa bailo cada día, desde temas de Tiesto a Dr Dre, pasando por Chopin", confesó Miranda al suplemento Style del periódico The Sunday Times.
Pero la maniquí también necesita disfrutar de unos momentos de tranquilidad cada día, antes de afrontar sus múltiples responsabilidades como mujer de negocios y madre del pequeño Finn (3), fruto de su ya extinto matrimonio con el actor Orlando Bloom.
"Me gusta prepararme mentalmente antes de ir a trabajar con una oración. Cada día, antes de comenzar mi jornada, me gusta dar gracias por el día que comienza, y pido que esté lleno de luz y amor", concluyó.
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