La actriz australiana Nicole Kidman ha mostrado por qué su personaje de Celeste Wright en 'Big Little Lies' es seguramente uno de los papeles emocional y físicamente más duros a los que se ha tenido que enfrentar en su extensa carrera, ya que le ha obligado a ponerse en la piel de una mujer maltratada que mantiene una relación muy tóxica con el padre de sus gemelos y que, a pesar de tratarse solo de ficción, la llevó a experimentar hasta cierto punto el dolor y la extenuación que debía proyectar en pantalla.
"Me quedaba en silencio después de rodar. Iba a casa y me quedaba en silencio, agotada. Tras rodar algunas de las escenas tan y tan violentas, sentía mucho dolor en el cuerpo. Fue muy extraño, muy incómodo. Debo decir que no fue un sentimiento nada agradable. Pero algunas mujeres pasan por esto, así que quería llegar hasta la verdad y quería que esas escenas fueran reales, por lo que requirió algo de violencia", reveló Nicole a la revista Vulture.
Quizá sea ese componente de realismo que envolvía la grabación de los capítulos de la serie, uno de los responsables de que a Nicole le incomode profundamente hablar sobre su interpretación, incluso meses después de haber finalizado el rodaje.
"Me siento rara al hablar sobre ello. No me hace sentir cómoda, no sé, supongo que prefiero que sea mi trabajo el que hable por sí solo y no me gusta diseccionarlo demasiado. Seguramente sea uno de los papeles más difíciles de los que he tenido que hablar porque todavía me siento muy tierna, si tiene eso sentido alguno. Es extraño", continuó en la misma entrevista.
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Al margen de la evidente mala relación que existe entre Celeste y su marido Perry -interpretado por Alexander Skarsgård-, Nicole no pudo reaccionar con mayor alegría tras descubrir quién sería su pareja en la ficción, por lo que ahora no duda en alabar al actor sueco por haber sabido captar la esencia del complejo personaje al que da vida en la miniserie de la HBO dirigida por Jean-Marc Vallée.
"Fue fantástico trabajar con Alex porque se metió del todo en el papel y se mostró muy abierto y disponible. Su relación es una montaña rusa. Es una relación muy, muy difícil de plasmar en siete horas. Estuvo realmente brillante porque quería trabajar con Jean-Marc, y se trata de un fantástico papel para él. No es lo que parece, así que persiguió el espíritu y lo capturó a la perfección", manifestó Nicole antes de confesar que otro de los motivos por los que le gustó compartir plano con el actor sueco tiene que ver con sus casi dos metros de altura: "Es altísimo, y eso fue realmente útil para mí. No suelo verme pequeña en pantalla. Así que físicamente también fue dominante, algo que me asustó pero un desafío que acepté", concluyó en la citada publicación.
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