En pleno proceso de grabación del que será su decimotercer álbum de estudio, 'Rebel Heart', Madonna ha caído en la cuenta de que su carrera profesional es tan extensa que ya no consigue recordar el proceso creativo de la mayoría de sus discos.
"No puedo acordarme del proceso de creación de cada álbum. Siento que ha habido demasiados. Pero este, 'Rebel Heart', ha sido muy, muy intenso... y complicado. Básicamente porque ha habido mucha gente implicada. Es como un tren que no parase de recoger gente. Y cada vez que alguien se sube al tren, añade un nuevo sabor. Entonces tengo que dar un paso atrás y preguntarme a mí misma cómo encaja todo ello en el resultado final. Así que parece algo interminable", confesó la reina del pop a la revista Mojo.
Pero sí que existe un trabajo que continúa tan fresco en la memoria de Madonna como el día que se publicó, su cuarto disco, 'Like A Prayer'. Y no precisamente por su calidad musical, sino por el "horrible" olor del aceite con que se impregnó la portada del álbum, en un intento de que recordara al aroma del incienso de las iglesias.
"Un perfume horrible, horrible. No lo puedo soportar. Ya no me gusta. Es el olor típico de un hippie", bromeó.
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