El cantante Michael Bublé se ha convertido en el protagonista involuntario de la final del ATP de Buenos Aires este domingo debido a la actitud incómoda de la que hizo gala durante todo el encuentro que disputaron Rafa Nadal y el argentino Juan Mónaco, expareja sentimental de su mujer Luisana Lopilato.
Según se ha hecho eco la prensa argentina, el intérprete canadiense no paró de hacer "gestos llamativos" y lanzar "miradas de reojo" a la actriz argentina, quien por su parte siguió con interés todo el partido sin realizar ademán alguno que permitiera saber que en el pasado mantuvo una relación sentimental de dos años con Mónaco.
El hecho de que el tenista argentino perdiera contra Nadal ayudó al menos a que el matrimonio se ahorrara el mal trago de presenciar cómo recogía el trofeo, recordándoles a ambos que cuando ganó ese mismo torneo en 2009 dedicó su triunfo a Luisana -quien había acudido a apoyarle desde las gradas- gritándole "te amo" desde la pista.
A pesar del breve encontronazo con el pasado amoroso de su mujer, Bublé -padre del pequeño Noah (1) junto a Luisana- puede presumir de disfrutar de uno de los matrimonios más estables de la industria musical, gracias en parte al cambio que supuso la llegada de la argentina a su vida.
Publicidad
"Luisana es muy sana, mientras que yo soy muy compulsivo: cualquier cosa que haga, va a ser hasta el fondo. Hasta el punto de sentirme enfermo. Pero ella tiene tanto control de sí misma que me hizo comer mejor, vivir de modo más sano, tomar y fumar menos. Salir de fiesta todos los días era normal para mí y fue lindo tener a alguien que se preocupara por mí y que me dijera que no tenía que ser así siempre", explicaba el cantante a la revista Cosmopolitan.