La simpática Lourdes Leon no podría estar más satisfecha por los buenos resultados que le ha dejado su paso por la academia de música y arte LaGuardia de Nueva York, pero ahora que acaba de poner el broche de oro a su etapa de educación secundaria, la primogénita de la incombustible Madonna se encuentra mucho más entusiasmada ante el hecho de que pronto comenzará una nueva era en la Universidad de Michigan que le ayudará a perseguir con ahínco sus sueños profesionales.
"No sé si os habéis enterado ya, pero por fin he terminado el instituto. No me puedo creer que ya pueda decir que soy una chica graduada, después de tantos meses de duro trabajo. Voy a echar mucho de menos a todos los amigos que he conocido en LaGuardia, pero la verdad es que sobre todo me siento aliviada tras haber alcanzado una meta a la que nunca pensé que llegaría. Ahora nos toca disfrutar del verano y prepararnos para la universidad", escribió la joven en su blog de la línea de moda 'Material Girl'.
La joven Lola -como es conocida entre sus allegados- no solo está exultante de felicidad por un cambio académico que la dirigirá irremediablemente hacia la vida adulta, sino porque también atesora recuerdos inolvidables de la reciente fiesta de graduación que le sirvió para cerrar por todo lo alto una época que siempre llevará en su corazón. Sin embargo, la hija mayor de la reina del pop también admite que encontrarse con algunos de sus profesores menos apreciados en plena celebración dio lugar a más de un momento de incomodidad.
"Hace una semana, aparecí en uno de esos eventos que son tan típicos de la juventud estadounidense: la imprescindible fiesta de graduación con la que todos nos decimos adiós y en la que tomamos un sorbito de champán para acabar de hacernos mayores. La verdad es que lo pasé fenomenal rodeada de los mejores amigos que una chica podría desear, aunque a veces tuve que esforzarme por evitar a ciertos profesores", confesó la también diseñadora en su espacio personal.
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