Después de que varios doctores le confirmaran que era casi imposible que se convirtiera en madre de manera natural, la estrella televisiva Kim Kardashian a punto estuvo de someterse a un tratamiento de fertilidad cuando descubrió que estaba embarazada de su hija North (17 meses), fruto de su relación con el rapero Kanye West.
"Hace unos años me dijeron que jamás podría quedarme embarazada. Tres doctores distintos me lo confirmaron, es por lo que quería congelar mis óvulos. Ahí fue más o menos cuando descubrí que estaba embarazada de North", aseguró Kim a la edición británica de la revista ELLE.
Su infancia en el seno de una familia numerosa ha hecho que la mujer de Kanye West esté decidida a dar a su hija al menos un hermano y una hermana.
"Quiero tener un niño y una niña, y quiero tenerlos ya. Me encanta formar parte de una familia grande, y eso es lo que quiero para North. Recurriremos a la fecundación in vitro si es necesario, pero [Kanye y yo] queremos seguir intentándolo de manera natural", añadió.
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Como buena hermana mayor, Kim no puede evitar sentirse inmensamente orgullosa del éxito como modelo que está cosechando su hermanastra Kendall Jenner, a quien predice un futuro repleto de fama.
"Creo que va a ser toda una estrella. Estoy convencida de que va a ser mucho más famosa de lo que yo he sido nunca", apuntó.
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