A pesar de que se ha convertido en una de las artistas más populares del mundo, la infancia de Katy Perry no fue la de una niña normal, ya que los compromisos profesionales de sus padres la obligaban a cambiar de ciudad a menudo, lo que hizo que no pudiera disfrutar de una educación adecuada.
"Desgraciadamente no pude experimentar lo mejor del sistema educativo porque mis padres se mudaban mucho. Siempre dejaba los colegios, a veces incluso a mitad de año. Hubo temporadas en las que estudié en casa y al final fui a un colegio cristiano muy extraño que abandoné para perseguir mi sueño de ser artista", señaló a la revista People.
A pesar de no haber permanecido durante largas temporadas en los colegios por los que pasó, Katy creó fuertes lazos con algunos de sus profesores, que la influenciaron positivamente.
"Muchos profesores de música fueron una buena influencia para mí. Cuando tenía 13 años tuve a una profesora llamada Agatha Danoff que me dio lecciones de ópera en la Music Academy of the West, en Santa Barbara (California). Yo no podía pagarme las clases, pero ella encontró la forma de que asistiera de todos modos. Por ese motivo busqué el patrocinio de Staples para la campaña Make Roar Happen, cuyos beneficios irán a DonorChoose.org [organización que recauda fondos para que los profesores puedan desarrollar sus proyectos educativos]. Es mi forma de devolver el favor. Quiero recordar a la gente que un pequeño gesto puede ser una gran ayuda para que los profesores cuenten con el material necesario para hacer que sus alumnos desarrollen todo su potencial. Muchos de mis fans son estudiantes, así que es una gran oportunidad para aprovechar mi popularidad y ser un ejemplo positivo para ellos", sentenció.
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