Puede que su trasero se haya convertido en uno de sus atributos más alabados, pero Jennifer Lopez todavía no ha olvidado lo duro que tuvo que luchar hasta conseguir que su voluptuosa figura dejase de ser el centro de todas las críticas por ser demasiado "latina".
"Cuando llegué a Los Ángeles desde el Bronx para comenzar una carrera como bailarina, actriz y cantante me di cuenta de que era diferente. Era latina ante todo, y mi cuerpo no se ajustaba a los cánones tradicionales. Tenía unas caderas muy anchas en comparación con mi torso. Tenía unos muslos demasiado gordos y la gente me criticaba por ello. Ahora los traseros grandes están por fin de moda, pero antes todo era: '¡Estás demasiado gorda!'", confesaba la polifacética artista a E! News.
Pero para fortuna de los admiradores de su sensual videoclip 'Booty', Jennifer nunca se dejó influenciar por todos aquellos que le sugerían que debía perder peso, prefiriendo mantenerse fiel a su tipo de figura y sobre todo al estilo de vida que sabía que era saludable.
"Al final me dije: 'Espera un momento, no hay nada en mí. Llevo una talla 38, o más bien una 40, y no pasa nada por ello, es algo sano y normal", añadió.
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