Aunque hoy sea una de las estrellas internacionales más aclamadas y que más sensualidad desprende, lo cierto es que Jennifer Lopez tuvo serias dificultades para luchar contra las inseguridades que nublaban su espíritu, unos miedos relacionados con su faceta como vocalista de los que no consiguió despojarse hasta bien entrada su vida; largo tiempo después de forjarse un nombre en la industria discográfica.
Fue precisamente el nacimiento de sus hijos el punto en el que la diva del Bronx comenzó a recuperar la seguridad.
"No fue hasta que tuve a mis hijos cuando dejé de sentirme insegura conmigo misma. El grueso de mis inseguridades estaba en mi calidad como cantante. A pesar de haber vendido 70 millones de discos por todo el mundo, seguía teniendo ese sentimiento que me decía que no era buena en esto que estaba haciendo", confesó la artista neoyorquina a la edición estadounidense de la revista Cosmopolitan que saldrá el mes de octubre.
Fue su exmarido, el también cantante Marc Anthony, quien jugó un papel trascendental en la batalla que Jennifer le ganó a sus inseguridades. El apoyo constante del artista de origen portorriqueño permitió que la atractiva cantante consiguiera darse cuenta de que su carrera no era fruto de un afortunado accidente, liberando así, por primera vez, todo su potencial.
"Durante nuestro matrimonio Marc me ayudó mucho a superar estos problemas. Recuerdo que me animaba diciéndome: 'Eres tú la única que está impidiéndote alcanzar tu máximo potencial como artista. Tienes que aprender a liberarte de esos miedos'. Empecé a crecer poco a poco, a despojarme de esas inseguridades y empecé a darme cuenta de que estaba donde estaba, no por pura coincidencia, sino por el trabajo duro. Nada de eso era un error, sabía perfectamente lo que estaba haciendo", admitió.
La seguridad conseguida por Jennifer se ha podido ver a través de sus cada vez más provocativos videoclips o el desparpajo que, a sus 44 años de edad, demuestra en sus distintas coreografías. Pero el elemento que quizá resulta más característico de su cambio de actitud con respecto a la vida sea la elección de su actual pareja, Casper Smart, un bailarín 26 años que cayó completamente enamorado de ella a pesar de los 18 años que les separan. A pesar de la diferencia de edad entre ellos, han conseguido forjar una relación estable desde que comenzaran su romance en 2011, algo que solo podría haber sucedido gracias a lo bien que el joven coreógrafo complementa a Jennifer, condición sine qua non para la artista, quien tiene bien claras sus exigencias en el terreno sentimental.
"Para mí lo importante es tener una pareja que esté a la altura de mis exigencias. Tengo unos estándares muy altos en lo que se refiere a mi pareja y lo que quiero de ella. Yo aporto mucho a la relación. No me refiero al aspecto económico sino a lo que ofrezco como persona, el amor, la lealtad y todas esas cosas que hacen que una relación funcione", explicó la diva del Bronx.
Por: Bang Showbiz