Aunque podría presumir de ser uno de los artistas más prolíficos y admirados de su generación, el veterano Ian McKellen nunca ha sentido especial simpatía por el estilo de vida ostentoso y derrochador que se asocia inevitablemente a determinadas estrellas del celuloide, hasta el punto de que no duda en confesar orgulloso que prefiere invertir su dinero sabiamente y únicamente en aquellos artículos que le resulten imprescindibles para la vida cotidiana.
"Ahora que soy más mayor y que no tengo demasiadas metas de futuro, no me importa darme un capricho de vez en cuando, pero la verdad es que nunca he sido demasiado ambicioso en lo que tiene que ver con las posesiones materiales. El dinero es un factor importante en mi vida y en la de todo el mundo, pero nunca ha sido una de mis prioridades. Siempre me he conformado con llevar una vida tranquila, sencilla y centrada en otros aspectos mucho más relevantes", aseguró a la revista Radio Times.
Antes de darse a conocer ante las nuevas generaciones por sus papeles en grandes producciones cinematográficas, véanse sus personajes de Gandalf y del mutante Magneto en 'El señor de los anillos' y en la saga de los 'X-Men', respectivamente, el polifacético artista no podía decir precisamente que su situación económica fuera especialmente boyante -a pesar de su prestigio como intérprete teatral y especialista en los grandes clásicos de Shakespeare-, pero el artista confiesa que al menos se sentía afortunado de poder llegar a fin de mes haciendo un trabajo que le apasionaba.
"La verdad es que nunca me he considerado un hombre de mucho dinero. Hasta hace relativamente poco, cuando empezaron a llamarme para participar en estos grandes proyectos de Hollywood, llevaba una vida austera y carente de lujos. Durante esos años, el teatro y el cine británico te daban para lo justo, pero como nunca llegué a tener problemas económicos ni me vi obligado a trabajar solo por dinero, me sentía tremendamente afortunado de poder hacer lo que me gustaba", explicó en la misma entrevista.
Publicidad