El truco para que Jennifer Lopez siga luciendo así de espectacular a sus 46 años reside a partes iguales en su genética privilegiada y en su confianza en sí misma a prueba de bombas, en la que -a diferencia de en sus buenos genes- sí que tiene que trabajar cada día colocándose frente al espejo para repetirse lo guapa que está y el buen tipo que tiene.
"Joven y por la que no pasa el tiempo, eso es lo que me digo a mí misma frente al espejo todos los días", confesó la cantante al portal Extra.
Gracias a este truco, la diva del Bronx es capaz de enfundarse modelitos de infarto con más transparencias que tela y salir airosa del paso, tal y como hizo el pasado mes de julio para su fiesta de cumpleaños celebrada en el club 1 Oak en Southampton (Nueva York). Además de su impresionante vestido negro, también llamó la atención el detalle de que Jennifer acudiera acompañada de su supuesta expareja, el bailarín Casper Smart, algo a lo que ella resta importancia afirmando que únicamente quería estar acompañada de sus seres queridos.
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"Estaba intentando estar rodeada de amigos y de gente que me quiere y, sencillamente, relajarme. Ahora mismo estoy trabajando un montón, compaginando las grabaciones de 'American Idol' con el rodaje de la serie ['Shades of Blue'] y el espectáculo en Las Vegas, preparándolo todo", añadió.
Hace ya tiempo que Jennifer renunció a intentar definir su relación con el bailarín ante el público porque, como ella misma ha reconocido, ambos atraviesan "un momento confuso".
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"¿Nunca has estado en un momento de tu vida en el que no lo tienes claro? ¿En el que no estás segura de las cosas? Bueno, pues eso es todo. No estoy segura de nada. Soy una mujer adulta. Cuando tenga algo importante que anunciar, lo haré. Diré: '¿Sabéis qué? Esto está sucediendo'. Pero ahora mismo me siento como... me siento yo misma", aseguraba Jennifer en el programa 'The Ellen DeGeneres Show'.