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Enrique Iglesias no lamenta haber crecido a la sombra de su padre

El cantante nunca se ha sentido dolido por haber crecido a la sombra del legendario Julio Iglesias ya que considera que su fama le permitió vivir una infancia

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Enrique Iglesias no lamenta haber crecido a la sombra de su padre
Enrique Iglesias no lamenta haber crecido a la sombra de su padre

Aunque crecer a la sombra de un mito de la industria discográfica como Julio Iglesias podría haber resultado muy duro para un joven con aspiraciones musicales, el cantante Enrique Iglesias nunca ha tenido la sensación de que la fama de su padre condicionara de forma negativa su infancia.

De hecho, algunos de los recuerdos de juventud más entrañables del español tienen como marco los múltiples viajes en los que su familia acompañaba al legendario artista, una serie de experiencias que le permitieron madurar mucho más rápido de lo habitual.

"Crecer así [con un padre famoso] fue genial, era maravilloso de hecho. A mí siempre me fascinó. Además, me permitió viajar muchísimo cuando era pequeño, algo que personalmente me encantaba. Tuve una infancia genial, visitando sitios que la mayoría de los niños no tienen la oportunidad de conocer. Además, a los 18 años, tenía la impresión de haber aprendido ya muchísimo", confesó el artista al canal Fusion Live.

A día de hoy, Enrique no tiene ninguna duda de que las experiencias vividas junto a su famoso progenitor no han hecho más que prepararle para lidiar sin problemas con algunas de las consecuencias más rocambolescas de la fama, además de ayudarle a no sorprenderse ante las radicales medidas que están dispuestas a tomar algunas de sus admiradoras con tal de poder encontrarse cara a cara con él.

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"Hubo una fan que hace unos meses cruzó a nado la Bahía de Miami, ¡kilómetro y medio!, para llegar hasta mi casa. Fue una locura y estaba tremendamente preocupado, además de sentirme muy mal por la pobre. Pero por suerte se encontraba bien", aseguró Enrique, para revelar justo después que la arriesgada hazaña de cruzar a nado la ensenada que separa la ciudad de Miami de las famosas islas artificiales donde se encuentra su vivienda tuvo su recompensa: "Y sí, al final nos sacamos una foto juntos".

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