La actriz Drew Barrymore está preparada para realizar todos los cambios necesarios en su vida para poder pasar más tiempo con su familia, sobre todo después del nacimiento a principios de esta semana de Frankie, la segunda hija que la estrella comparte con su marido Will Kopelman y que se convertirá en la compañera de juegos perfecta para Olive, la primogénita de 19 meses del matrimonio.
"Quiero llevar un tipo de vida muy diferente y disfrutar de más tiempo con mi familia. Siempre me he centrado en rodar, producir, actuar y en todos los pequeños detalles que implica hacer una película. No sabía llevar una vida bajo cualquier otro tipo de circunstancias. Cuando estás inmersa en un rodaje, pasas 18 horas trabajando en el medio de la nada y es muy difícil encontrar tiempo para otra cosa. Admiro a la gente que parece ser capaz de compaginarlo todo. No estoy segura de cómo lo hacen", aseguraba en una entrevista a la revista HELLO! antes de dar a luz.
La primera vez que la polifacética intérprete se dio cuenta de que podía sentirse realizada más allá del éxito laboral fue precisamente tras el fracaso de un proyecto.
"Se trató de una experiencia muy frustrante, y me di cuenta de que dedicarme a trabajar todo el tiempo no era la solución para mí. Hice un viaje a la India y a Bután, y tuve tiempo para pensar sobre mi vida. Decidí que necesitaba tomarme un descanso y cambiar algunas cosas. Da miedo renunciar al tipo de vida que siempre has llevado, pero alejarme durante una temporada del trabajo fue probablemente lo que me llevó a estar preparada para conocer a mi marido y darme cuenta de que podía ser feliz con él, y ser una buena madre", concluyó.
Publicidad