La actriz de 'Mad Men' Christina Hendricks pasó su infancia en una pequeña ciudad del estado de Idaho (Estados Unidos) hasta que a los 14 años se mudó a Virginia, donde no consiguió integrarse con la gente del lugar.
"Tuve la peor experiencia de instituto posible. Teníamos una zona de taquillas y siempre que iba a sacar libros de la mía la gente se sentaba encima y me escupía", revela la actriz en la revista Psychologies.
Pero la exmodelo en lugar de derrumbarse o deprimirse, consiguió superar esta etapa demostrando que ella era diferente a sus acosadores.
"Me teñí el pelo de morado y me volví gótica. Quería demostrar a esos acosadores que yo era diferente de ellos, que no creía en el bullying, que no comulgaba con los valores que ellos vivían", añade Christina.
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Pero con la perspectiva de los años -actualmente la actriz tiene 40 y está casada con el también actor Geoffrey Arend (37)-, Christina atribuye a su madre Jackie el haberla armado con las herramientas para ser una persona calmada y razonable en la vida.
"Mi madre es una mujer amable. No había ni un ápice de maldad en su cuerpo. Creo que los niños pueden ser crueles, pero si ella me veía a mí ser mala, me llevaba aparte y me hablaba de manera razonable. Mi madre me enseñó cómo discutir de manera calmada y paciente, y cómo escuchar más. Son herramientas que todavía uso hoy en día".
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