Pocas horas antes de la solemne inauguración de los Juegos de la Commonwealth que ayer miércoles presidió su madre, la reina Isabel II, el heredero de la corona británica y su esposa, la duquesa de Cornualles, quisieron escenificar el apoyo de la monarquía al destacado evento deportivo que se celebra estos días en Glasgow (Escocia) visitando la villa en la que se concentran deportistas venidos de todos los puntos del globo terráqueo.
Tras charlar animadamente con miembros de la organización y numerosos atletas, el príncipe Carlos tuvo la oportunidad de conocer personalmente a uno de los boxeadores por los que siente mayor admiración, el púgil jamaicano Cheavon Clarke, con el que no dudó en ofrecer un simpático detalle a los periodistas a través de una ficticia pelea en la que, por extraño que parezca, incluso se animó a ejecutar un gancho de derecha contra su condescendiente oponente.
Como publica el diario británico Daily Mail, la surrealista escena no solo provocó las risas y aplausos de los asistentes, sino que también fue del agrado de una Camila que no pudo disimular la satisfacción que le produce ver a su marido, futuro rey de Inglaterra, sacando a relucir su faceta más extrovertida en público.
Poco después de protagonizar tan anecdótico episodio, el padre de los príncipes Guillermo y Enrique se acercó al cuartel general de la federación británica de ciclismo -aunque Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte compiten con sus propias selecciones- para expresar su apoyo más sincero a los participantes y, al mismo tiempo, para exhibir la pasión que siempre ha sentido por el mundo de la bicicleta, una disciplina que practica con asiduidad junto con otros deportes como el submarinismo, el polo y la pesca.
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"Queremos agradecer el gesto que ha tenido Su Alteza el Príncipe de Gales de venir a visitarnos para mostrarnos todo su apoyo de cara a los Juegos de la Commonwealth. Gracias por compartir con nosotros su afición al ciclismo y por desearnos buena suerte ante las próximas dos semanas", reza el mensaje que apareció en la cuenta de Twitter de la federación poco después del encuentro, en el que el príncipe disfrutó de un protagonismo del que luego carecería durante la ceremonia de apertura debido a la alargada sombra de la soberana británica.