Pese a ser una de las herederas del antiguo glamour de Hollywood, lejos de la alfombra roja la actriz Blake Lively continúa muy en contacto con su faceta más infantil, hasta el punto de que una de sus aficiones preferidas es "jugar a disfrazarse" creando alocados estilismos con las múltiples posibilidades que le ofrece su amplio fondo de armario.
"A veces me despierto en mi casa y me siento como una niña pequeña que no quiere hacer otra cosa que arreglarse y organizar meriendas. Lo cierto es que la mayor parte del tiempo me arreglo más para estar en mi casa que para salir a la calle, simplemente porque me resulta mucho más divertido poder jugar a disfrazarme", confesó en una entrevista a la revista HELLO!
Sin embargo, eso no quiere decir que Blake se permita esta misma libertad a la hora de elegir el vestuario para sus apariciones públicas. El hecho de que la intérprete se haya convertido en un referente en el mundo de la moda es el resultado de un estudiado look que se inspira en la sofisticación de la que hacían gala las actrices durante los años dorados de la meca del cine, y que se han convertido en los referentes preferidos de la estrella.
"Siempre me fijo en las mujeres de épocas pasadas porque no llevaban las prendas que están en boga hoy en día. Así que mis preferidas serían Katharine Hepburn, Grace Kelly y Diane Keaton, sobre todo porque lo que me fascina es el hecho de que sigan su propio estilo, y no las tendencias", explicó.
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Esa misma obsesión por el estilo es lo que lleva a Blake -que se casó hace dos años con el también actor Ryan Reynolds- a preocuparse por la opinión que sus futuros hijos puedan tener cuando vean sus fotos de juventud.
"A la hora de vestirme, siempre me gusta elegir ropa para que cuando mis hijos miren hacia atrás un día piensen: 'Dios mío, estabas espectacular, cómo no guardaste eso'. Y no algo del estilo: 'No puedo creer que te pusieras esa cosa'", concluyó.
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