La cantante Beyoncé -madre de la pequeña Blue Ivy (2), fruto de su matrimonio con Jay Z- ha confesado que en ocasiones le cuesta lidiar con la fama debido a la gran cantidad de experiencias ordinarias a las que tiene que renunciar.
"Antes de ser famosa era la chica con una guitarra en la colina. Era la chica que disfrutaba con las vistas de la playa. Ahora que soy famosa es realmente complicado disfrutar de las pequeñas cosas. Creo que es lo que más cuesta, pero mi madre siempre me enseñó a ser fuerte y a no ser una víctima, a no tener excusas, y a no esperar nunca a que el resto me dé cosas que sé que puedo lograr por mí misma. Tengo sueños y siento que tengo el poder para hacer que se conviertan en realidad. Cuando eres famoso, nadie te mira nunca más como un ser humano. Pasas a ser propiedad del público. No hay nada de real en ello", declara la artista en el corto 'Yours and Mine'.
La cantante también hace referencia a lo "emocionante" que le resulta estar casada y tener a alguien con quien compartir su vida.
"La gente siente que pierde cosas cuando se casa, pero no tiene por qué ser así. No hay nada más emocionante que tener un testigo de tu vida. Ya sabes, nadie es bueno en todo. Está bien depender de alguien. De hecho es lo que se espera de nosotros, se supone que tenemos que depender los unos de los otros. Y cuando encuentras a esa persona en la que confías, a la que quieres, y que sientes que te respeta, que acepta todo lo malo que hay en cada uno de nosotros y es capaz de darle la vuelta, de hacer de ti una personas más brillante, eso te alimenta. Es la cosa más poderosa que sentirás jamás en la vida. La felicidad viene de uno mismo. Nadie más puede hacerte feliz. Tú eres el único capaz de hacerte feliz. Y hay una cosa segura: el amor que siento por la música, por mi marido y por mi hija es algo que durará toda la vida", añade.
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