Hace 19 días la actriz Amanda Bynes ingresó en un hospital psiquiátrico de Pasadena (California) en contra de su voluntad tras protagonizar una serie de incidentes, como conducir bajo la influencia del alcohol y robar en una tienda de Nueva York, pero este jueves por la noche la intérprete fue vista paseando por Sunset Strip (Oeste de Hollywood).
De acuerdo con las informaciones provistas por el portal TMZ, Amanda habría pedido permiso a un oficial del juzgado para abandonar las instalaciones, petición que fue aceptada. Ya en la calle, la actriz se dirigió a un restaurante para cenar, donde pidió pollo frito, salmón y dos tipos distintos de ensalada.
A pesar de que el tratamiento inicial de la artista le obligaba a permanecer ingresada durante 30 días, los médicos que la tratan lograron convencer al juez de que debía prolongar su tratamiento durante 30 días más, al considerar que la intérprete se encontraba todavía "muy enferma".
Por su parte, los padres de la actriz, Lynn y Rick Bynes, habrían conseguido la tutela de su hija tras explicarle al juez que esta gastó "cantidades alarmantes" de dinero en comprar joyas a desconocidos. De hecho, en los documentos legales a los que ha tenido acceso TMZ, los padres de Amanda afirman que su hija es "un riesgo sustancial" para sí misma y para los demás.
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El comportamiento de Amanda ya le llevó a ser internada en un centro psiquiátrico en julio de 2013, en el que ingresó en contra de su voluntad y del que salió en diciembre pasado bajo la tutela de su madre. Sin embargo, al término de esta, el pasado mes de septiembre, la actriz descuidó su medicación y comenzó a protagonizar los extraños incidentes que le han llevado ahora a ser ingresada de nuevo.