A pesar de pensar que la mejor idea era irse del país con sus hijos y buscar un lugar seguro para vivir, Gertrudis cambia de opinión y decide plantarse junto a su esposo para apoyarlo en las buenas y en las malas, tal cual como lo prometió el día de su matrimonio.
Felicito recibe esta noticia con sorpresa, pero se siente muy agradecido con ella al no importarle correr riesgos para mantener a su familia junta.