En las redes sociales se hizo viral la historia de un vigilante que, por causa del aislamiento preventivo en casa, no ha podido ejercer su oficio como generalmente lo hacía.
Así como muchos otros empleos, este hombre tuvo que reinventarse para no perder su ritmo de trabajo ni el olfato necesario que requiere a la hora de cumplir efectivamente sus labores.
Fue por ello que decidió ponerse de nuevo su uniforme y, con ayuda de sus hijas, recrear un día de los habituales de su trabajo, en el que al parecer está encargado del registro de entrada de las personas.
Parado frente a un trampolín, este hombre le pide a las pequeñas una especie de identificaciones, las cuales, luego de revisarlas, son las que les permiten ingresar y jugar. Este teletrabajo se volvió viral en las redes sociales.
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