La cantante Taylor Swift recibió hace unos días una citación para prestar servicio como miembro de un jurado el 29 de agosto en Nashville, en el marco de un juicio por agresión sexual y secuestro. Sin embargo, finalmente la estrella de la música no tendrá que cumplir con el imperativo legal debido a la batalla judicial que mantiene con el locutor de radio David Mueller, a quien acusa de haberle tocado el trasero cuando se conocieron entre bambalinas en uno de sus conciertos en Colorado, el año pasado.
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Taylor explicó que el año pasado interpuso una demanda contra Mueller después de que este supuestamente se propasara con ella durante su encuentro, razón por la cual el juez ha considerado que no podría ser imparcial en el caso.
"Pidió que se la descartara [como posible miembro del jurado] debido a su próximo juicio en Denver, donde -según sus palabras- fue manoseada por un admirador en uno de sus encuentros con sus fans", reveló Ken Whitehouse, portavoz de la oficina del fiscal del condado de Davidson.
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La intérprete también aseguró que estaría encantada de cumplir con su deber de formar parte de un jurado en cualquier otra ocasión.
David Mueller presentó por su parte una demanda contra la cantante en la que alegaba que había sido despedido de su trabajo después de que Taylor se quejara a sus superiores del comportamiento inadecuado del que habría hecho gala cuando ambos posaron juntos para una foto en el concierto que la joven ofreció en 2013 en el Pepsi Center de Denver.
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La estrella de la música respondió interponiendo una contrademanda en la que aseguraba que Mueller había metido la mano por debajo de su falda para tocarle los glúteos sin su permiso, dejándola "sorprendida, enfadada y alarmada", tras lo cual procedió a informar de lo sucedido a su equipo de seguridad, que expulsó al locutor del estadio.