A lo largo de los últimos meses, el cantante Michael Bublé ha experimentado un notable cambio físico tras renunciar definitivamente al alcohol y al tabaco, una decisión que tomó tras darse cuenta de que con el estilo de vida que llevaba no tendría la oportunidad de ver hacerse mayores a sus hijos Noah (3 años) y Elias (8 meses), fruto de su matrimonio con la argentina Luisana Lopilato.
"Lo que realmente pasó es que tuve que someterme a una operación en las cuerdas vocales y antes de la cirugía tuve que someterme a un examen físico durante el que hacen subirte a una bicicleta estática para que tu ritmo cardíaco suba a 168 pulsaciones durante ocho minutos, o algo así... Y pensé que iba a morir. Fue terrible. Cuando acabé, me temblaban las piernas. Me bajé de la bicicleta, miré a mi asistente y dije: 'Ya está, se acabó'. Quiero llegar a viejo. Quiero hacerme mayor junto a mis niños y no estoy en la forma física que debería para conseguirlo. No es que tuviera una epifanía o algo parecido para dejar de beber y de fumar", contó el intérprete canadiense, que pasó por el quirófano el pasado mes de junio, en el programa 'Loose Women'.
Desde que se convirtió en padre, la estrella de la música ha aprendido a afrontar la vida de una forma diferente, con más calma y perspectiva, que le hace arrepentirse de no haberse animado a sentar cabeza antes.
"Lo único que me gustaría cambiar de mi pasado es el hecho de haber tardado tanto en tener hijos, porque no tenía ni idea de la perspectiva que me daría. No podía imaginarme lo mucho que me gustaría ser padre. Es lo más importante, es lo único que me importa. Les quiero demasiado, si es que eso es posible. Tener hijos ha hecho que todo lo demás parezca insignificante, lo que antes me daba miedo o me hacía sentirse sobrepasado, ahora me llena de alegría porque me he dado cuenta de lo poco que importa cuando lo comparas con lo verdaderamente importante, que son Noah y Eli".
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