Según un anuncio oficial del Palacio de Kensington, el príncipe Harry y Meghan Markle decidieron no invitar a líderes políticos a su boda debido a que Enrique de Gales no es heredero al trono, por lo tanto, se consideró que su boda no debe ser tan formal.
El presidente Donald Trump y su esposa no fueron invitados a la ceremonia. Asimismo, el expresidente Barack Obama y su esposa Michelle tampoco asistirán a pesar de su cercana relación, que se aproxima a la amistad.
"Se tomó la decisión de no invitar a líderes políticos -tanto del Reino Unido como internacionales- a la boda del príncipe Harry y la señorita Markle… El gobierno de su majestad fue consultado en la toma de esta decisión, la cual se llevó a cabo en The Royal Household", anunció un portavoz del Palacio de Kensington.
El príncipe Harry, de 33 años, y Meghan Markle, de 36, se casarán en la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor, a las afueras de la capital británica, y contarán con tan solo 600 invitados. Por ello, si se invitaran personalidades políticas se llenarían los cupos.
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También cabe resaltar que la familia real no puede fijar posturas económicas, sociales o políticas. Por ello, si hubieran invitado a Barack Obama y a su familia y no al presidente Trump, se podría crear un conflicto en las relaciones de ambas naciones.
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