Samuel Vera fue diagnosticado en el 2017 con el síndrome de Asperger, cuando tenía 5 años de edad. A pesar de que sus padres sabían que su hijo tenía comportamientos diferentes al de los demás niños, al enterarse del motivo; no dejaron de sentir miedo, debido a que era la primera vez que se enfrentaban a esto y no sabían cómo actuar para ayudarlo.
Desde hace tres años, debido a que no es necesario medicarlo, Samuel asiste a terapias ininterrumpidas, tres veces a la semana, con especialistas en psiquiatría infantil, psicología, terapia ocupacional, terapia física y fonoaudiología.
Este síndrome ha causado que él se vuelva fiel a sus rutinas y no tenga muy contemplado el hecho de cambiar cosas, además, toma todo de manera muy personal y es muy directo a la hora de hablar, pues no tiene tapujos para ello y, a pesar de que no tiene un buen sentido del humor, lleva una muy buena relación con su familia.
Sin embargo, para él, el Asperger representa timidez, temor para algunas cosas y ansiedad, aún así considera que es algo que lo vuelve inteligente, ágil, con buena retentiva y le da mucha energía.
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“Cuando salgo a la calle veo a las personas como serias, aburridas. Es difícil que me hagan reír, ya que no me impresionan muchas cosas. Me parece muy simple porque juegan siempre a lo mismo y yo quiero ser diferente a los demás con otros juegos que a mí me gustan”, asegura Samuel.
Su felicidad está en visitar a su papá y abuelos, ya que vive con su mamá, jugar con su hermana, ir de paseo o al parque, ver películas y, ahora, grabar videos para YouTube en los que muestra sus mejores recetas. Se considera como alguien muy tierno, gracioso y que tiene gran habilidad de aprenderse muy fácil los nombres de los animales, no obstante, confiesa que se le dificultan temas como las matemáticas o hacer deporte.
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Tener el síndrome de asperger, según lo comentado por sus padres, hace que se le dificulte disfrutar estar en compañía de otros niños, no le gusta salir mucho de casa, le es complicado expresar lo que siente, le tiene miedo a los ruidos fuertes y, debido a que tiene poca sensibilidad a dolores bajos, puede llegar a autolastimarse cuando las cosas no salen bien. Esto ha causado que Samuel deba estudiar virtualmente, ya que en los descansos del colegio se la pasaba solo, pues los niños lo rechazaban o no lo tenían en cuenta para sus juegos debido a que su lenguaje puede llegar a ser muy formal y a veces dice incoherencias. Sus padres, al ser testigos de la manera como lo rechazaban, decidieron sacarlo del colegio, pues quedaron devastados. Sin embargo, Samu no decidió parar allí y quiso empezar a cumplir sus sueños, para dejar un poco de lado esas dificultades que atraviesa. Él se imagina siendo un gran chef y por eso empezó en la construcción de este camino y, con ayuda de sus padres, decidió abrir un canal de Youtube. ‘La Cocina Mágica de Samu’ se convirtió en ese espacio lleno de pasión, magia y amor, en la que este niño deja volar su imaginación, descubre que no existen límites para los sueños y, mientras que busca cumplir el suyo, quiere convertirse en la inspiración de más niños, sin importar su condición.
“En ocasiones grabando sus videos cuando hay partes donde debe repetir porque se equivocó, llega al momento de estresarse mucho, ahí en ese momento entramos a calmarlo, abrazarlo y darle todo el ánimo para que él sienta que todo lo puede hacer”, relataron Christian Vera y Jennifer Lote, sus padres.
Con recetas como mini pancakes de colores, paletas de cereal, pancakes de león o pizza de chocolate, Samu ha empezado a dar sus primeros pasos en el mundo de la cocina y ha demostrado que con su toque mágico es posible conseguir los mejores platos para hacer en compañía de sus papás.
Sus padres lo describen como un niño perfeccionista, inteligente, amoroso y soñador. Para ellos es un hombrecito apasionado por lo que le gusta y sin lugar a dudas respetuoso y muy familiar. A su vez, quieren recalcar que tener un niño con Asperger no es el fin del mundo, pues pueden llevar la vida normal, a su manera, sin embargo, es importante instruirse bastante y disfrutar el proceso de descifrar a sus hijos.
"No me gusta la guerra, quiero vivir en un mundo con paz, en el que todos puedan cumplir sus sueños, tengan o no alguna discapacidad, que puedan lograr lo que se proponen. Eliminar de la vida los mensajes negativos, los que dice la gente para que las personas no crezcan en lo que más quieren”, concluyó Samuel sobre su visión para cambiar al mundo.
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