La joven Zoe Kravitz (26), hija del roquero Lenny Kravitz y la actriz Lisa Bonet, asegura que ella no fue una niña malcriada a pesar de crecer en una casa que contaba con "cocinero y asistenta", ya que su famoso padre la educó "a la vieja usanza".
"Teníamos un cocinero, sí, pero mis padres nunca se comportaron en plan: 'Esta es la forma en la que funciona el mundo, Zoe'. Era consciente de que éramos unos privilegiados, y mi padre me educó a la antigua usanza. Su madre, mi abuela, era de las Bahamas, y allí lo más importante era ser educada y hacer tu propia cama. Era todo ese rollo de la cultura negra. En plan, si hablas mal te dan una bofetada. Todo giraba en torno a ser respetuoso con tus mayores y a sentirte agradecido por lo que tenías. Mi padre se aseguró de que tuviera responsabilidades en casa, no porque no tuviésemos una asistenta, sino por cuestión de principios", asegura Zoe a la revista NYLON.
Aunque Zoe -que forma parte del grupo LOLAWOLF además de ser una joven promesa del cine- mantiene una muy buena relación con su padre, reconoce que la fama del cantante le hizo plantearse dos veces su vocación musical por miedo a las comparaciones.
"Durante una época de mi adolescencia fui muy tímida y no quería dedicarme a la música porque sabía que me compararían con mi padre. Pero también era consciente de lo duro que trabajaba. No soy un pu*o genio, pero sé quién soy como artista. La clave en el arte es que no puedes cuestionarlo. Todo el mundo se fija en los demás para saber qué está bien. Pero nadie lo sabe en realidad. Lo importante es que hagas las cosas con confianza, nadie te podrá quitar eso".
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