Ni siquiera la certeza de que está a punto de convertirse en abuela a finales de este mes ha conseguido minar la vitalidad de la actriz Susan Sarandon, quien a sus 67 años no teme atreverse a probar nuevas disciplinas deportivas con tal de mantenerse en forma, una atrevida actitud que le ha animado a probar suerte con el boxeo últimamente.
"Alguien me dio un vale regalo para una lección, y después de probarlo no pude resistirme a continuar. Siempre me han gustado mucho los gimnasios. Además, es muy divertido estar rodeada de boxeadores, y me lo paso en grande dando golpes. Aunque supone todo un esfuerzo físico", confesó la actriz a la revista People.
No cabe duda de que la legendaria actriz debe gran parte de su belleza a tan incombustible actividad física, pese a que es consciente de que su amplio equipo de estilistas le ayuda a jugar con ventaja a la hora de deslumbrar sobre la alfombra roja.
"Si quieres envejecer con gracia, no fumes y ríete lo más posible. Hacer un poco de ejercicio y comer sano también funciona muy bien, pero al final, tener un magnífico equipo de maquilladores y peluqueros es la clave de todo", bromeó la oscarizada intérprete.
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Pese al sentido del humor con el que se toma su estatus como una de las mujeres más halagadas por su atractivo en la meca del cine, lo cierto es que Susan no descuida su forma física en ningún momento, debido en gran parte a la ilusión con la que afronta su nuevo papel como abuela, una tarea para la que quiere prepararse a fondo.
"Me ayuda mucho vivir en Nueva York porque puedo caminar a diario. Me muevo en bicicleta, y hago treinta minutos religiosamente en la cinta estática", aseguró la futura abuela, para apuntar justo después cuál será su mayor responsabilidad en esta nueva etapa de su vida: "Me veo a mí misma como la encargada de preservar la memoria familiar. Ahora es responsabilidad de mi hija Eva mantener el fuerte en pie, mientras yo me dedico a hacer cosas divertidas. Aunque todavía tengo que aprender a hacer punto".
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