A pesar de que Shaila Dúrcal es hija de dos grandes estrellas de la música, Antonio Morales (Junior) y Rocío Dúrcal, cuando anunció en casa que quería seguir sus pasos en la industria discográfica la noticia no fue demasiado bien recibida. De hecho, su padre le obligó a concluir sus estudios antes de permitirle probar suerte como cantante.
"Mi padre no me dejó ser artista hasta que terminé de estudiar. Yo a los cuatro años ya veía que esto era para mí. Vi con mi madre lo bueno y lo malo de este mundillo y no se me quitaron las ganas. Cuando me llegó la oportunidad de hacerlo, nunca lo solté", confesó la intérprete en una entrevista a la revista Lecturas.
Sin embargo, para cumplir su sueño Shaila ha tenido que pagar un alto precio.
"Sacrificas la vida familiar, es complicado conciliarlo todo y necesitas a alguien que te apoye. En mi caso, mi suegra es un gran apoyo. Es mi segunda mami", añadió.
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Su carrera es precisamente una de las razones por las que aún no se ha animado a formar una familia junto a su marido, Dorio Ferreira, ya que es muy consciente de lo difícil que puede resultar compaginar la maternidad con el trabajo.
"Dorio ya tiene una hija, aunque todavía es muy pequeñaja. El ser artista sí que influye en la decisión de ser madre o no, porque sinceramente no sabría cómo hacerlo. Veo a otras compañeras, como Paulina [Rubio], que van a todos lados con su pequeño. O Beyoncé, que tuvo a su bebé y está todo el día arriba y abajo con ella. Así que supongo que lo acabas haciendo funcionar. Pero en este momento tengo 35 años y creo que es muy importante centrarme completamente en mi carrera", confesaba a ¡HOLA! TV.
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