El televisivo Scott Disick, que ingresó en rehabilitación en octubre de 2015 para lidiar con sus problemas de adicción al alcohol y a las drogas, está dispuesto a dar un giro radical a su vida por el bien de sus hijos, Mason (6), Penelope (3) y Reign (1), fruto de su fallida relación con Kourtney Kardashian, ya que ellos son su única motivación para seguir adelante.
"Todo es terrible, si no fuera porque tengo a mis hijos me habría suicidado. Pero soy padre y voy a estar aquí para mis hijos y voy a hacer las cosas bien por ellos. Aunque no soy religioso, lo único que espero es que Dios pueda darme a mí o a todos nosotros una nueva oportunidad o algo así, porque sé que si no nunca podré ser del todo feliz, y ha sido muy bonito teneros a todos vosotros en mi vida durante tanto tiempo. Así que me ha resultado muy raro perder a tanta gente tan rápido", confesó Scott a su expareja Kourtney y a la madre y hermanas de esta, Kris Jenner y Kim y Khloé Kardashian ante las cámaras del programa de telerrealidad 'Keeping Up with the Kardashians'.
Aunque Kourtney cree sinceramente que el deseo de Scott de cambiar es genuino, también está convencida de que no sabe cómo hacerlo. Pero a pesar de esas dudas, Scott se ha propuesto intentar demostrarle que puede ser un hombre nuevo.
"Quiero poder ser el hombre que tú siempre quisiste. Podría salir de fiesta e irme por ahí cada noche, pero esa no es realmente la vida que quiero. Sé lo que quiero, y puede que no lo consiga, pero sé que me odiaré el resto de mi vida si no lo intento al menos. Y me he dado cuenta de que si no cambio ahora nunca podré estar bien, y puede que no lo consiga, pero voy a intentarlo. Quiero que sepáis eso y quería veros para deciros que os quiero a todos y que os echo mucho de menos", añadió.
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Antes de concluir la conversación, Khloé, Kim y Kris le aseguraron a Scott que ellas también le querían, tras lo cual él les dio las gracias y se marchó.