El hijo de Kris Jenner, Rob Kardashian, ingresó voluntariamente el pasado fin de semana en un centro de rehabilitación de Palm Beach, Florida, para seguir un programa de 60 días que le ayude a lidiar con sus problemas de adicción al alcohol, la marihuana y el jarabe para la tos con codeína, después de que su familia le rogara durante meses que solicitara ayuda profesional.
"Rob está de muy buen humor y tiene una actitud positiva. Ingresó discretamente el fin de semana en el centro de rehabilitación para pacientes con problemas con el alcohol y las drogas Palm Beach County", aseguró una fuente a Gossip Extra.
Mark Behar, amigo de Rob y de su famosa hermana Kim Kardashian y guardaespaldas de celebridades, está convencido de que su estancia en el centro ayudará además a que el joven pierda esos kilos de más que tanto han afectado a su autoestima a lo largo del último año.
"Me dijo: 'Hasta aquí hemos llegado, necesito tomarme esto en serio y hacerlo'. Su régimen incluye entrenamiento físico y perdida de peso. Rob probablemente perderá entre 5 y 10 kilos durante las primeras semanas únicamente por estar en rehabilitación y seguir los programas de desintoxicación", explicó Mark al mismo medio.
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La decisión de Rob de ingresar en rehabilitación habrá supuesto todo un alivio para su madre, Kris Jenner, quien había llegado a temer por la vida de su hijo.
"Si no le ayudo a hacer algo radical, morirá. Era una persona muy atlética, y ha ganado 40 kilos en el último año. Estoy esperando a que suceda algo terrible y no hay nada que podamos hacer para evitarlo", aseguraba Kris en uno de los primeros episodios de la décima temporada de su programa de telerrealidad 'Keeping Up with the Kardashians'.
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