El incombustible Phil Collins no ha tenido reparo alguno a la hora de confesar públicamente que la razón principal que explica su separación de su segunda esposa, Jill Tavelman, hace ya dos décadas, reside en el mero hecho de que le fue infiel, aunque al mismo tiempo puntualiza que todo se debió a la necesidad de "seguir los dictados de su corazón".
"La verdad es que tenía que seguir los dictados de mi corazón, pero eso no significa que no me comportara como un auténtico idiota", reveló al programa de la televisión australiana 'Sunday Night' sobre la madre de su hija Lily Collins.
El famoso intérprete ha estado casado en tres ocasiones: primero con Andrea Bertorelli entre 1975 y 1980, posteriormente con la citada Jill desde 1984 hasta 1996, y finalmente con Orianne Cevey, de quien se divorció en el año 2008 y con la que hace escasos meses protagonizó una sonada reconciliación.
"Mi tercera mujer y yo hemos vuelto y no podría estar más contento por ello, aunque a mucha gente le resulte extraño. Me parece algo increíble... Llegamos a divorciarnos y acabé teniendo que pagarle mucho dinero, pero así funcionan las cosas. Ahora nos hemos dado cuenta de que cometimos un grave error y lo hemos solventado. Todo va de maravilla", aseguró en el mismo espacio.
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Hace solo unas semanas, era precisamente Orianne quien decidía hablar públicamente sobre los altibajos sufridos por el exmatrimonio a lo largo de los años y expresar su entusiasmo por la forma en que habían logrado arreglar sus diferencias para garantizar así el bienestar de sus hijos, Nicholas (15) y Matthew (11).
"Está claro que nuestra separación fue un error y ahora puedo decir con orgullo que Phil vuelve a ser mi marido. Ahora mismo volvemos a ser los que éramos, más allá de que estemos oficialmente casados o no, pero sí, la idea es la de volver a oficializar nuestra unión", se sinceraba al diario británico Daily Mail.
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