No se resistía a probar todo lo que le iban ofreciendo a su paso, que si el postre, que si el helado, y su hija ayudándole con los antojos. Así fue hasta llegar a su stand, donde la vimos con la ‘camiseta puesta’. Lo decimos porque hasta el alcalde Peñalosa no se salvó de que Paola le ofreciera sus productos.
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