La actriz Nicole Kidman es siempre una de las mujeres más aplaudidas por su estilo en cada alfombra roja que pisa, pero cuando se encuentra en casa y puede olvidarse de la mirada juiciosa de críticos y expertos en moda, le gustaría comportarse como cualquier otro mortal: saliendo a la calle con la cara lavada y con ropa cómoda. Sin embargo, la mayoría de las veces no le resulta posible por culpa de sus hijas.
"Cuando tienes una hija de casi 10 años y otra de 7, y lo digo en serio, van a decirte lo que piensan siempre. Te preguntan como si nada: '¿De verdad tienes 50 años?'. Pero lo más interesante es que, en especial mi hija pequeña, me dice: 'Por favor, esta mañana no te vistas con tu ropa deportiva para ir a la escuela. Por favor, sécate el pelo. Por favor, ponte algo de maquillaje'. Creo que es porque una vez fui hecha un desastre, supongo, y casi se muere de la vergüenza", ha revelado durante un encuentro con la revista Tatler.
Cuidar su aspecto exterior no es lo único que hace por las pequeñas Sunday y Faith, las dos hijas que tiene con su actual marido, el cantante Keith Urban. La oscarizada artista, que también es madre de Isabella y Connor -los hijos que adoptó con Tom Cruise-, procura además llevar una vida lo más saludable por el bien de los cuatro.
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"Quiero estar sana y llena de energía, quiero poder cuidar de ellos... Eso es lo que te toca cuando tienes hijos cuando ya eres mayor", ha reconocido a la misma publicación la intérprete, que tuvo a sus hijas pequeñas pasados los 40.
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Sunday y Faith también han contribuido a preservar la salud mental de Nicole en los últimos años, mientras se enfrentaba a algunos de los papeles más intensos de su carrera, como los que ha interpretado en las series 'Top of the Lake' o 'Big Little Lies', en la que da vida a una mujer maltratada. Ella ya ha reconocido en más de una ocasión que, pese a formar parte de la ficción, las escenas de maltrato que rodaba con Alexander Skarsgård en la producción de la HBO le pasaban factura a nivel emocional, pero al llegar a casa no le quedaba más remedio que recomponerse.
"Tengo dos niñas pequeñas que están siempre ahí, no importa si yo estoy pensando: 'Oh Dios mío, no puedo más'. Ellas te van a pedir lo mismo que les hagas el desayuno. Y en el fondo lo veo como un regalo porque me obliga a mantener la compostura, aunque sea solo de forma fingida".
Por: Bang Showbiz
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