Si alguien le hubiese dicho a Morena Baccarin que algún día soñaría con vestirse de blanco para pasar por el altar, la actriz -famosa por su papel en la exitosa serie 'Homeland'- se habría echado a reír, ya que su ajetreada carrera interpretativa, sumada al convencimiento de que no necesitaba "ningún papel" para demostrar su amor, la habían convertido en una escéptica en cuestiones matrimoniales.
Pero cuál sería su sorpresa cuando, de la noche a la mañana, su educación tradicionalmente latina salió a la superficie haciendo que comenzase a hostigar a su pareja, el director Austin Chick, quien aún no le había hecho la gran pregunta.
"Pasé por esa época en que no quieres ni oír hablar de casarte. Decía que no necesitaba un trozo de papel para demostrar que amaba a alguien. Pero por supuesto, un par de años después me puse como loca con mi novio en plan: '¿Cuál es tu problema?' '¿Por qué no me has pedido que me case contigo?'. Todo el tema latino reapareció de golpe, con todas sus tradiciones. Siempre piensas que estás por encima de las costumbres y la tradición, pero al final son parte de ti misma", confesó Morena a la revista Latina.
A día de hoy la intérprete ha superado del todo tanto su etapa más escéptica como la fiebre romántica que se apoderó de ella antes de su enlace con su marido Austin, debido en gran parte a que la llegada de su primer hijo Julius (2) ha provocado que su manera de ver y entender la vida cambie radicalmente.
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"No sabes verdaderamente lo que es el amor hasta que conoces a tu hijo. Es un privilegio poder descubrir el mundo a través de sus ojos", concluyó.