La crisis que atravesó el matrimonio de Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones no tuvo nada que ver con la diferencia de 25 años de edad que existe entre la pareja, o al menos eso es lo que asegura el actor, quien insiste en que tras más de una década casados, ni su mujer ni él dan ya importancia a ese dato.
"La edad no tuvo nada que ver, sobre todo porque llevamos 15 años casados. Lo importante es mantener un cierto respeto entre la pareja y no dar nunca nada por sentado", declaró el intérprete de 70 años a la revista francesa Gala cuando le preguntaron sobre los rumores de que su mujer no había sido capaz de aceptar su envejecimiento, lo cual habría sido el detonante último que llevó al anuncio de que habían iniciado un proceso de separación en agosto de 2013.
Por si todavía quedaba algún tipo de duda sobre su felicidad conyugal, Michael insiste en que él y Catherine -madre de sus hijos Dylan (14) y Carys (12)- atraviesan ahora uno de sus mejores momentos gracias a lo unidos que están.
"Nuestros problemas conyugales son ya agua pasada. Hace dos años que todo va mejor entre nosotros. Nunca jamás habíamos estado tan unidos. Solo supone un problema cuando una de las personas quiere salvar su matrimonio y la otra no está interesada. Ese no era nuestro caso. Nosotros queríamos resolver nuestros problemas", apunta.
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Lo único que le pide ahora el actor a la vida es que le permita volver a tener a su lado a su hijo Cameron (36) -fruto de su fallido matrimonio con Diandra Luker-, que actualmente cumple condena por tráfico y posesión de sustancias ilegales.
"Estoy intentando desesperadamente sacarle de prisión. Va a hacer ya siete años que está encerrado. Ha sido condenado una segunda vez porque es toxicómano, de eso no cabe ninguna duda, pero no ha cometido ningún acto violento. No ha tenido derecho a recibir ningún trato de favor por ello y le han condenado a la pena más severa. Nunca dejaré de luchar por su libertad. Ya ha pagado suficiente por lo que hizo".
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