La actriz Meryl Streep sigue sin saber cuál es el secreto de la armoniosa unión que comparte con su marido, el escultor Don Gummer, desde hace 30 años, pero no por ello se siente menos "afortunada".
"Siento que soy muy afortunada y no tengo ni idea de qué es lo que hice bien. Conozco a muchas, muchas personas que siguen casadas con la primera persona con la que contrajeron matrimonio. Sé de muchos matrimonios longevos. Mi marido sí que se ha divorciado. Se divorció cuando tenía 21 años y llevaba un año casado. Todo el mundo tiene una vida y no creo que exista una receta mágica sobre cómo conseguirlo. Yo simplemente tuve la suerte de encontrar a un buen hombre", explica la intérprete a la revista YOU.
Meryl también se considera una privilegiada por haber podido disfrutar de sus hijos -Henry (36), Mamie (32), Grace (29) y Louisa (24)- más que la mayoría de personas gracias a su peculiar trabajo.
"He pasado más tiempo con mis hijos que la gente que tiene un trabajo de oficina y que solo tiene dos semanas de vacaciones cada año. Así que soy consciente de que lo tuve un poco más fácil porque si el rodaje de una película duraba seis meses, entonces después no trabajaba durante otros seis para poder estar en casa", añade.
Publicidad
La familia precisamente se convirtió en el mejor apoyo de su hija, la actriz Mamie, cuando se separó de su marido Benjamin Walker hace dos años.
"Somos una familia bastante unida y Mamie cuenta con algo que yo nunca tuve en mi infancia: dos hermanas. Están muy unidas y sus dos hermanas estuvieron a su lado apoyándola [durante su divorcio]. Al final creo que todo fue para mejor".
Publicidad