Por increíble que parezca, los hijos del actor Michael J. Fox -Sam (26), Aquinnah y Schuyler (20) y Esme (13)-, archiconocido por encarnar a Marty McFly en la cinta de ciencia ficción 'Regreso al futuro', nunca se han sentado a ver la película que lanzó a su padre a la fama.
A pesar de ser una de las cintas más populares del género, y de ser una película que "gusta a los niños" por su punto de comedia, los cuatro hijos del actor no parecen estar entre los mayores fans de la cinta que ahora celebra 30 años de su estreno.
"Irónicamente, para ser una película de viaje en el tiempo, había una atemporalidad en ella. A los niños ahora les gusta. Aunque mis hijos no la han visto. O, si lo han hecho, no me lo han dicho", confesó el actor durante una convención de fans este fin de semana en Londres.
Michael, que sufre Parkinson, admitió que consideró abandonar los escenarios antes de aterrizar en el papel de la película que le encumbró.
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"Estuve pensando en trabajar en el muelle de pescado o en meterme en el ejército como mi padre. Entonces, de repente, me encontré en un rodaje con Steven Spielberg. Estaba abrumado por toda la experiencia. El punto más bajo y el pico de mi carrera ocurrieron al mismo tiempo", confesó el intérprete.
No obstante, el rodaje de la reputada saga no siempre fue fácil, ya que, como el propio actor ha admitido, el icónico coche DeLorean con el que su personaje viajaba por el tiempo y el espacio, le golpeó en numerosas ocasiones.
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"Me hubiera gustado tener grabadas todas las veces que me golpeó la puerta de ese coche. Serían 30 segundos de golpe y golpe".